miércoles, 26 de octubre de 2011

EL PRIMER POST...DEL PORQUE DE "NO SOLO VAMOS DE PAQUETE" A SENCILLAMENTE HABLAR DEL PORQUE SOBRE UNA MOTO

Muchas son las horas que me he pasado pensando que escribir en este primer post, algunas en mi cama, otras frente al ordenador, otras frente a la tele, otras trabajando, algunas rodeadas de gente pero con mi cabeza, como no podría ser de otra manera, desconectada y pensando en esto… y muchas horas más en mi sitio favorito, como no, sobre mi moto.


Sinceramente como plasmar aquí lo que siento disfrutando de algo que realmente me llena y que es mi responsabilidad llevar de la mejor manera posible; aunque a veces el entorno sea un tanto “hostil”. Es complicado, así que no sé aún si quiero conducir estas líneas por un camino o por otro; no sé si dejar fluir las palabras sin más me llevaran a explicarles el porqué de mi afición, lo que siento cuando voy en mi moto, vaya donde vaya, o sencillamente el porqué de NO SOLO VAMOS DE PAQUETE… es paradójico pero así exactamente siento las motos y la carretera un dejarme fluir sabiendo solamente que existen mil y un caminos para llegar a ninguna parte… pero mientras recorro ese camino para llegar a ese “ninguna parte” disfruto de múltiples sensaciones, cato de otra manera los olores, veo con otra intensidad los colores, disfruto apreciando fugazmente formas y viendo gente de la misma manera; sobre una moto llego incluso a pensar y formarme opiniones sobre temas en los que habitualmente no me paro ni a pensar, y así poco a poco a medida que devoró kilómetros lleno mi alma y mi mente de un sinfín de sensaciones que me hacen ver y apreciar la vida con mayor sapidez….
Creo que esta manera de conectar con la vida y con mis pensamientos me acompañaran hasta el último día que me toque estar en este mundo; siempre cuando veo otro tipo de motos con más “comodidades” y distintas a la que llevo ahora y observo rutas más planificadas y cercanas, pienso que seguramente cuando los años hagan mella en mis cervicales, los kilómetros me devoren más a mí que yo a ellos y la edad haga que mi concepto de comodidad y capacidad de “sufrimiento” cambien, tendré que plantearme seriamente llevar una moto de esas llamadas cómodas y conformarme con hacer pequeñas salidas; con lo cual lo que haré es mutar el gusto y la afición pero no abandonarla; pero también sé que cuando ya no pueda ir físicamente sobre una MOTO encontraré alguna fórmula que me permita seguir conectada a esta afición y a esta manera de sentir, probablemente través de lo que estén experimentando, viviendo y contando otros en ese momento.
Llevar una moto es una manera casi espiritual de sentir la vida, mezclando a su vez emoción, respeto y responsabilidad; para mí es no es salir en las noticias del fin de semana porque te crees que eres el mejor pilot@, que tienes la mejor y más bonita moto, que llevas el equipamiento más completo y caro y que todo eso te da la licencia y sobretodo la inmunidad para hacer kilómetros a gran velocidad sin ningún tipo de consciencia, olvidándote sin más que sobre dos ruedas llevas tu vida, la de otros que comparten la carretera contigo y sobretodo que el GRAN PAQUETE que llevas y que es tu deber salvaguardar son los sentimientos y preocupaciones de las personas que te quieres, que respetan aunque no entiendan tu afición y que aun sin que les des motivos se preocupan cada vez que le das al Start.
Llevar una moto o ser un moter@ es para mí mucho más que ir a concentraciones y saturarte de comida y bebida; sobre todo de esta última, para luego hacer gala de la pericia que hemos tenido al conducir y llegar a casa sin un rasguño. Es como no,  ir a estos eventos disfrutando de una buena cerveza, un buen bocadillo y sobretodo de buena gente que conoce y disfruta de esa sensación maravillosa de libertad que te da esta afición.
Llevar una moto es recordar y homenajear mediante la prudencia y el conocimiento de mis propias limitaciones, cualidades y capacidades encima de ella,  a aquellas personas que ya no están y que al igual que yo disfrutaron de la sensación de saborear nuevos lugares, disfrutaron de ese gusanito que dispara la adrenalina y que viene acompañada siempre del binomio riesgo y velocidad, disfrutaron también de esa sensación de ir un poco al limite a veces y de lo maravilloso que es escoger, o no, un sitio donde ir por el simple gusto de ir y hacer kilómetros.
Nadie más que aquel que disfruta de esta afición sabe decir que es lo que realmente le atrae de ir sobre dos ruedas; para cada uno es un mundo… ES SU MUNDO. Si busco aventura, aquí la encuentro en abundancia, si busco calma estoy en el sitio apropiado. Es una de esas raras aficiones que ofrecen adrenalina e intensidad o serenidad y paz. En cualquier caso esta afición crece y evoluciona conmigo y se adapta fácilmente a lo que quiero, hoy, mañana y dentro de diez años. Nunca seré demasiado vieja para disfrutar de esta afición y de sus múltiples manifestaciones.
Hace unos días y después de ver a una persona que llevaba algún tiempo sin ver y que “teóricamente” es moter@ (ya que como mínimo tiene una moto como hobby) le comente “Deberíamos quedar algún día y hacernos alguna rutilla” y la respuesta de esta persona fue “No sé yo, ya que he visto un accidente y creo que no me apetece”. Aunque claramente respeto su postura, mi respuesta fue: “Constantemente veras accidentes de coches y no por eso dejaras de conducir, veras como el stress es dañino para la salud y no podrás evitaras estar estresada en algunos momentos y te dirán que la cerveza saca barriga pero no te resistirás a una buena caña”. Sin ánimos de juzgar, ni poner en tela de juicio el concepto de moter@, motorist@ , etc. de nadie a mi estas cosas me crean el efecto inverso ya que en vez de abandonar mi afición (o mejor dicho mi pasión) crean un vinculo mucho más estrecho entre mi moto y mi manera de sentirme sobre ella, despiertan mi espíritu y alertan mis sentidos, me crean más consciencia de los riesgos que asumo, pero sin vacilar puedo decir, que alimentan el gusto por experimentar las sensaciones de conducir una moto. Me anima a intentar defender este sentimiento describiendo lo mejor de esta afición y no lo peor que la gente, que no son usuarias de una motocicleta, ve en quienes vamos en moto.
Pasaron de esa conversación unos cuantos días y esto que llamamos vida me da un par de golpes duros de sobrellevar, de esos que te hacen sobresaltarte en la noche, pasar el día con la mitad de tu cerebro concentrado en tu trabajo y tus obligaciones, intentando desesperadamente disfrutar y reconfortarte con el cariño de las personas que te quieren, pero la otra parte de tu cerebro siempre esta ineludiblemente pensando en la posible pérdida de un ser querido y  en la perdida inestimable de otro. No podría negar que sin el apoyo, el amor y el aguante de mi familia sobrellevar estos duros momentos (sobre todo desde la distancia) sería casi imposible; pero también es cierto, que para una persona como yo subir a la moto y dejar fluir mis sentimientos, liberar mis temores, desconectar, pensar o sencillamente fortalecerme con esa bocanada de aire fresco y optimismo que me da esta dulce afición ha sido uno de los mejores bálsamos.
A raíz de todo esto he terminado de comprender y aceptar que nací con esta afición; que ella con sus bondades y sus sinsabores forman parte de  mi curriculum vitae y son como una especie de vocación de la que nunca me jubilaré; que cada kilometro recorrido, susto y subidón vivido se ha grabado en mi memoria con mucha fuerza y creo que en mi subconsciente aún más; que para mi esta afición y en definitiva mi moto es como un buen amig@ no hay tensión sexual entre nosotras solo complicidad, lealtad y amistad.
Para mí la moto no es solo un bien material, un artefacto o un medio de transporte sino mas bien es el medio que me permite experimentar todas los matices de la palabra “sentimiento”, donde confluyen todos sus sinónimos y adjetivos; donde la asociación maquina-persona esta ineludiblemente ligada al sentido de libertad y responsabilidad, es una asociación perfecta, un amor, una pasión, una manera de vivir.
Para mí la moto me convierte quizás en un Quijote con todas sus luces y sombras, con todos sus aciertos y demonios. Da igual que me considere motorista, moter@ , ciclomoter@, dominguer@; da igual que use la moto a diario, que sea un simple conductor que necesita un medio rápido, económico y fácil de aparcar para ir a su trabajo o que sea un viajero intrépido… eso que mas da… da igual como lo llame, al final que importa la definición que le dé o con cual de todos estos términos me identifique, lo único que sé es que lejos de un lugar inseguro para mi, es el lugar donde mejor estoy, donde puedo ser yo misma, donde conecto conmigo misma y exploro mis sentimientos, donde rectifico mis errores, donde voy descubriendo y redescubriendo quien soy realmente, sin más testigos que el viento; definir este sentimiento, esta manera de vivir y de expresar mis sentimientos es tarea casi imposible. Lo realmente importante es lo que logro sentir, descubrir y disfrutar sobre dos ruedas.
Hace tiempo descubrí que quienes sentimos así las motos no podemos definirnos por el tiempo que dediquemos a la afición o por el tipo de montura que llevemos. Somos sencillamente personas que mostramos nuestros sentimientos y somos más auténticos sobre una moto, no concebimos la carretera sin esas dos ruedas, salimos a dar una vuelta con cielo despejado pero también salimos aunque llueva (climatológicamente hablando) o aunque haya una tormenta (subjetiva y emocionalmente hablando), somos personas que amamos la velocidad y el riesgo e intentamos ponernos límites y no profanarlos ya que sabemos que la vida depende de un descuido y que en ocasiones las cosas no son lo que parecen, que sorteamos los obstáculos y las limitaciones que nos presenta el asfalto y su gente… cada uno asumiendo su propio riesgo y responsabilidad… que disfrutamos preparando un viaje y pasamos horas y horas planificando rutas, leyendo post y haciendo sacrificios para intentar abarcar el mayor espacio posible ya que en el fondo sabemos que el destino es menos importante que el hecho mismo de recorrer y disfrutar cada kilometro que te separa de él, que disfrutamos leyendo las aventuras de otros y nos alegramos por sus crónicas. Al final cumplimos la naturaleza del ser humano: somos solitarios pero sociables, con los años intentamos mejorar pero rara vez cambiamos nuestras manías, fobias y costumbres, somos en ocasiones agradables y en otras desagradables; buscamos incansablemente un estado de bienestar y poco a poco a medida que el tiempo pasa nos damos cuenta que la belleza de este binomio (moto-persona) está en su interior, en sus vínculos… tal y como nos pasa con las relaciones persona-persona.
Como veis dejar fluir sin más las palabras en este primer post me ha llevado sencillamente a plasmar lo que siento cuando disfruto de mi pasión y lo que se que implica para otros que yo disfrute de ella… Con lo cual en otro Post seguro que cuento el porqué de NO SOLO VAMOS DE PAQUETE....

LO QUE NOS QUEDA POR VIVIR......





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